Según un audiolibro que escucho,
uno de los aspectos distintos del siglo XIX era la subida de
nacionalismo en muchas partes del mundo. Podemos definir el
nacionalismo como la autoidentificación de personas con una
nación en lugar de otras relaciones. Se dijo que, si huberias
preguntado a una persona en 1750, “¿Quién eres?”,
habría respondido con su nombre, su religión, y el
nombre de su pueblo. Pero, en 1900, la respuesta habría sido
más probablemente, “Soy francés.” o “Soy
Venezolano”, etc. En el siglo XIX este sentido de pertenecía
an una nación aumentó cada vez más y fue
aprovechado mucho en movimientos políticos por todas partes
del mundo.
El nacionalismo se dependió en
identificar atributos que tenía la gente en común,
atributos como idioma, religión, y tradiciones culturales. En
algunos casos, los movimientos aun inventaron o exageraron
tradiciones para aumentar el sentido del unidad. El presentador dio
dos ejemplos. El primer trató de Japón, donde la
reverencia hacia el emperador es bien conocida. Pero esta reverencia
no fue tan universal antes del siglo XIX. Los líderes
políticos de Japón la exageró para animar a los
ciudadanos a apoyar sus objetivos nacionalistas. El segundo ejemplo
tuvo lugar en EEUU. En 1863, en medio de la guerra civil en que se
mataron millones de personas, el entonces presidente Abraham Lincoln
proclamó un día dedicado a la acción de gracias
a Dios. Su objetivo fue promocionar la unidad de la gente frente a un
conflicto horrible. El día llegó a ser el Thanksgiving
Day que celebramos la semana pasada. Por los años, el día
de fiesta se juntó en la mente popular con una fiesta dado por
los Pilgrims en Massachusetts en 1621, pero esto es un trozo de
imaginación histórica. La tradición anual
comenzó sólo en 1863, y muestra bien la prominencia del
nacionalismo en ese siglo.